EJERCICIO Y DICAPACIDAD
EL EJERCICIO Y LA DISCAPACIDAD
La mayoría de los médicos recomiendan al menos una forma de ejercicio
para todo el mundo, incluidas las personas con discapacidad, debido a los
numerosos beneficios para la salud del ejercicio regular. Sin embargo, debido a las limitaciones de una
discapacidad física o mental, hay algunas consideraciones importantes a la hora
de diseñar un programa de ejercicios para personas con discapacidad.
Las personas discapacitadas no
deben participar nunca en un programa de ejercicios sin consultar primero a su
médico y obtener su aprobación, para evitar lesiones graves o el empeoramiento
de su estado.
Centrarse en el ejercicio
El programa de ejercicios debe
centrarse en diferentes aspectos del ejercicio y del cuerpo, en función de la
naturaleza de la discapacidad de la persona. Por ejemplo, muchas personas con
síndrome de Down tienen problemas cardiovasculares, por lo que su programa de
ejercicios puede centrarse en el trabajo de fuerza y resistencia
cardiovascular. Las personas cuyo movimiento está restringido debido a su
discapacidad pueden querer centrar su programa de ejercicios en los
estiramientos y la flexibilidad para mejorar y mantener su independencia. Una
persona con paraplejia puede necesitar centrarse en aumentar la fuerza del
brazo.
Cambios
La mayoría de las personas con discapacidad pueden hacer muchos de los
mismos ejercicios o similares que las personas sin discapacidad, con algunas
modificaciones, lo que significa que no es necesario reinventar la rueda para
desarrollar un programa de ejercicios para personas con discapacidad. Por
ejemplo, una persona puede no ser capaz de hacer una rutina de estiramientos
estando de pie, pero puede hacer los mismos ejercicios sentada en una silla.
Una persona que no puede correr puede ser capaz de caminar. Las personas que no
tienen la capacidad de equilibrio para participar en una rutina de aeróbic en
tierra pueden hacerlo en una clase de aguas poco profundas donde se les
ayuda a flotar y a mantener el equilibrio.
Ejercicio a través de las actividades diarias
Incluso la actividad física de intensidad moderada puede ser beneficiosa para la salud, y el ejercicio a través de actividades cotidianas y recreativas es más apropiado para las personas con discapacidad que el ejercicio estructurado. Además, puede ser más fácil trabajar con las limitaciones de una persona con discapacidad en sus actividades físicas diarias. Algunos ejemplos de actividades que pueden proporcionar ejercicio a las personas con discapacidad son Paseos Jardinería Bolos en el césped Croquet Tareas domésticas y de jardinería Bailar. Casi todo lo que hace que el cuerpo se mueva es bueno.
Comentarios
Publicar un comentario